sábado, 2 de enero de 2016

Por qué no nacen bebés en el paraíso brasileño

"Es una pesadilla que, además, no parece que vaya a acabar nunca", dice Laisy Francine Costa e Silva.

La brasileña de 19 años se refiere a una situación que hace que Fernando de Noronha, un archipiélago volcánico de Brasil declarado patrimonio de la humanidad, no sea el paraíso que parece ser.

No lo es al menos para las que, como Costa e Silva, están embarazadas.

La joven está esperando su primer hijo y al igual que las otras gestantes tendrá que dejar la isla en el séptimo mes de embarazo para dar a luz en Recife, la capital del estado de Pernambuco y situada a 545 kilómetros.

Es así desde 2004, cuando cerraron la última unidad de maternidad de Fernando de Noronha.

Por una decisión de 2004, Fernando de Noronha no es el paraíso que parece para las mujeres que quieren ser madres.

Era uno de los servicios del Hospital San Lucas, y las autoridades decidieron clausurarla al considerar que la infraestructura era demasiado costosa para la media de 40 nacimientos que tienen lugar en la isla principal del archipiélago, la única habitada.

Los habitantes se muestran indignados con la medida, y algunos se quejan de que es una "violación al derecho de nacer".

De esa situación habla el documental Nadie nace en el paraíso, del brasileño Alan Schvarsberg.

El director supo del tema hace dos años, cuando impartía un taller de videoactivismo en Noronha.

"Estábamos hablando de los temas que (los participantes en el curso) querían abordar, y la prohibición de parir fue la que más mencionaron", cuenta.

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