En New Jersey, los 111 Neighborhood Crips utilizaron una máquina para hacer decenas de tarjetas de regalo falsas para utilizarse en supermercados, farmacias y ferreterías. En el sur de Florida, las pandillas robaron identidades para solicitar reembolsos fiscales falsos.
Ellos no son miembros de una mafia organizada o un grupo de hackers. Son pandillas callejeras que han obtenido ingresos de millones de dólares con crímenes de cuello blanco como robo de identidad y fraude con tarjetas bancarias, en algunos casos dejando de lado sus viejos métodos de ganancias ilícitas a cambio de delitos más sencillos y con sentencias más cortas.
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